André Aciman (2007. Alfaguara, 2018)
No lees este libro, te sumerges en él. Comienza con una reflexión intimista, y la acción se desliza en esa meditación continua. La novela avanza casi sin que lo sospeches, y navegas por las emociones y las sensaciones de su personaje principal, Elio.
Qué forma tan magistral de describir el primer amor, el despertar de la sexualidad de un adolescente: las dudas, los miedos, los discretos juegos de seducción, las miradas, las palabras analizadas, reinterpretadas hasta la agonía. Se une esa agonía el despertar a una sexualidad distinta, el miedo a ser descubierto, la obsesión por los silencios, el escrutinio de cada gesto, cada palabra, cada mirada, y sobre todo la osadía de vivir la pasión y el deseo. Esta escrito con tanta belleza y acierto que casi sientes el sol del verano de la costa italiana en tu cara. Es como una canción al amor con la que todos nos podemos identificar, porque todos hemos pasado por esa misma agonía en algún momento. No he visto la película, prefería leer la novela primero, y la recomiendo totalmente a los lectores que no tengan miedo a vivir deseos prohibidos y a viajar por los rincones ocultos del erotismo. (El Búho)
SINOPSIS: En una localidad de la costa de Italia, durante la década de los ochenta, la familia de Elio instauró la tradición de recibir en el verano a estudiantes o creadores jóvenes que, a cambio de alojamiento, ayudaran al cabeza de familia, catedrático, en sus compromisos culturales.
Oliver es el elegido este verano, un joven escritor norteamericano que pronto excita la imaginación de Elio. Durante las siguientes semanas, los impulsos ocultos de obsesión y miedo, fascinación y deseo intensificarán su pasión.