Edouard Louis (ed. Salamandra)
Aún intento decidir si me gustó o no esta novela corta. En una novela dura, no disfruté de su lectura, aunque me alegra haberlo hecho. No obstante, tengo desde hace días la segunda novela de Louis, “Historia de la Violencia” (segunda parte de esta autobiografía novelada), y no consigo armarme de valor para leerla.
Es imposible no sentir empatía por el protagonista, el pequeño Eddy, que comienza su confesión con una frase dolorosa: “no guardo ningún recuerdo feliz de mi infancia”. Eddy es el niño afeminado que es sometido a la burla, la humillación, al insulto, al maltrato e incomprensión tanto de sus compañeros como de su familia, castigado por un crimen que no comprende, cuando su sexualidad aún no esta desarrollada, pero ya la identifican los que le rodean, y es empujado a la marginalidad sin entender el motivo. Cómo no conmoverse con la reacción de ese pequeño que, para evitar el abuso constante, se obliga a sí mismo a imitar, copiar, estudiar aquellas actitudes que no le surgen de forma espontánea pero que le salvarían del rechazo: como ser más duro, como hablar como un hombre. Y se hace tan obvio lo ridículo e inútil de semejante presión social.
Es una novela sorprendente (escrita por alguien que no leyó un solo libro hasta los 18 años), escrita sin miedo, se convite en un espejo incómodo de lo diferente que es la vida en los barrios marginales de ciudades cosmopolitas como París, y lo abandonados que quedan ciertos estratos de la sociedad. En las confesiones de Eddy se trasluce el modelo de masculinidad que construye la sociedad y como ese modelo se convierte en una forma de opresión a todos lo que escapan de él. Lo que incluye no solo a los homosexuales, sino también a las mujeres. Lo vemos reflejado en el papel secundario que juegan tanto la madre como la hermana del protagonista que tienen asumido ese papel de sumisión ante el poder masculino. El pequeño Eddy debe doblegarse a su papel de víctima, mientras ve como se construye el concepto de masculinidad a su alrededor a través de la cultura de la violencia: pegarse, ser duros, humillar al débil, oponerse a la disciplina escolar, torturar a los animales indefensos, el abuso sexual, la degradación de las mujeres, y el rechazo de la homosexualidad como afirmación de la virilidad.
La única salida para Eddy es huir, de su barrio, de su familia, incluso de su propio nombre, borrarse a sí mismo para poder construir la propia identidad. Escapar para encontrarse, para reconocerse, para conseguir ser él mismo. (El búho)
Sinopsis: Cuando el 6 de enero salió a la venta, se sabía que el autor era un estudiante de sociología en la École Normale Supérieure, homosexual, de 21 años, que narraba su martirio de adolescencia en la atmósfera asfixiante de un pueblo del norte y su cambio de identidad ante la Administración, de Eddy Bellegueule a Edouard Louis. El resentimiento guía la toma de conciencia del protagonista de su feminidad entre palizas, humillaciones, alcoholismo, machismo y pobreza. En el pasillo del colegio un escupitajo, amarillo y espeso, desciende lentamente por su cara. Es el afeminado. En casa, el padre mete a unos gatos recién nacidos en una bolsa y los estampa contra un ribete de hormigón repetidamente mientras se apagan maullidos de socorro y unos hilos de sangre abren el plástico.